domingo, 18 de enero de 2009

Hablemos de Elena Mederos

La mujer que se ha dado a llamar “la cubana mas destacada del siglo XX”, borrada de la historia oficial por necesidades del Poder. Lo que más impresiona de su biografía, además del currículum espectacular y una vida de dedicación al servicio publico y la justicia social, es descubrir que los primeros cincuenta años del siglo en la Isla Infinita fueron de una enorme pujanza en el desarrollo de la sociedad civil, prometedores como un niño que crece, aprende a caminar, se cae, se recompone y sigue en su camino para la adultez…Pero a este niño le partieron las piernas en algún momento de su infancia. Y no aparece la ciencia que lo vuelva a echar a andar.

El sufragio.

Hace unos días, el 13 de enero, fue el aniversario del nacimiento de Elena Mederos, cubana nacida con el siglo, y fallecida en Washington en 1982. Temprano en los años 20’s comenzó Elena a luchar por los derechos civiles, en este caso por el derecho al sufragio para la mujer. (Con una enorme capacidad de organización, ayudo a la creación de partidos, congresos, conferencias. En 1953, fue declarada Decana de la Comisión Interamericana de Mujeres, después de 25 años de contribución a esta entidad de la OEA). Ella organizó la Primera Conferencia de la CIM en La Habana, en 1930 con la participación de Panamá, Chile, México, Estados Unidos y muchos otros. Como delegada de Cuba, Elena habló en la sesión celebrada en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Pero los esfuerzos sufragistas fueron burlados por Machado. El movimiento feminista buscaba el voto para participar de manera civilizada en el proceso electoral, pero las violaciones constitucionales del gobierno, las lanzó claramente a la oposición. En unos años de enorme convulsión social, que merecen estudiarse profundamente, se obtuvo el sufragio, primero aprobado por el presidente Grau, después ratificado por otro presidente provisional, Mendieta y así, hasta su inserción constitucional por la Asamblea Constituyente en 1940.

El Lyceum

Parece que Elena Mederos se unió al Lyceum en 1931. Éste se había fundado dos años antes a partir de una idea que Renee Méndez Capote, (otra cubanita nacida con el siglo), había traído de España. Originalmente para encauzar los ánimos filantrópicos y la superación cultural y artística de las mujeres cubanas, aupado esencialmente con las donaciones privadas de las propias familias de las catorce fundadoras. Elena dedicó 30 años al servicio de esta institución, que también vale la pena estudiar. Aunque muchos dedicaron su empeño, parece que ella fue el alma. ONG, mecanismo sin fines de lucro, funcionando en gran medida a partir del trabajo voluntario de personas que apostaron por el desarrollo de la cultura, la educación y la ayuda a las capas mas frágiles de la sociedad, creando mecanismos modernos y educados, mas allá de la “caridad cristiana”. Escuela Nocturna y Biblioteca Publica, (ambas gratis), estudios vocacionales, y todas las expresiones del saber y las artes, de dentro y de fuera de la Infinita. Por el Lyceum pasaron, entre otros, Federico García Lorca, Gabriela Mistral, Alejandro Casona, León Felipe, Rafael Alberti, Herminio Almendros, Rómulo Gallegos, Ciro Alegría, Juan Chabas, Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda, Maria Zambrano, Alfonso Reyes, David Alfaro Ziqueiros y muchos otros. Desde su fundación hasta marzo de 1968, en que los interventores revolucionarios cierran sus puertas y quitan la placa conmemorativa que había en su puerta, otorgada por los intelectuales cubanos, y a iniciativa de Jorge Manach, catorce años antes. Fuera de la “Revolucion”, NADA.

La Escuela de Servicio Social.

Quizás el aporte medular del Lyceum habanero, fue el nacimiento de la Escuela de Servicio Social, primero adjunta a la Escuela de Educación de la Universidad de La Habana y después a la de Ciencias Sociales. A partir de la Sección de Asistencia Social en los salones del Lyseum, se logro crear una “gran cruzada por elevar la personalidad humana”, en palabras de la propia Elena. De gestiones para procurar mejoras en el Campamento de Indigentes de Tiscornia, en el Asilo Correccional de Guanajay y en la Escuela Reformatoria de Aldecoa; de canastillas entregadas en los hospitales, las ayudas de emergencia en casos de desastres naturales, se pasó al mejoramiento de las condiciones de vida en la Cárcel Nacional de Mujeres de Guanabacoa, incluyendo una maestra para los hijos de las reclusas, entrenamiento en oficios, provisión de medicinas para enfermedades venéreas y otras, etc. La escuela universitaria trajo la modernidad a estas obras filantrópicas y el Trabajo Social se convirtió en disciplina colegiada en la Isla Infinita. Aquí vale la pena una disquisición personal: En mi práctica profesional, he conocido muchos Trabajadores Sociales, (me refiero a los de verdad, con seis o siete años de estudios superiores). En casi todos los casos, los “social workers” han sido personas donde una real preocupación por el mejoramiento humano parece presidir sus actos. Con la revolución que introdujera Carl Rogers a esta disciplina a comienzo de los años 70 en La Joya, California, se encuentran entre ellos los mejores en ese arte de elegidos que es la terapia sicológica. Mis respetos a Elena Mederos, que fundó esta disciplina en los 40’s en Cuba.

Los barbudos llegaron ya, y ahora bailan cha-cha-chá.

En enero de 1959, Elena Mederos cumplía 59 años. Tiempos de mucha turbulencia política habían cambiado el pulso de la nación. Ella había participado en un Diálogo Cívico, encabezado por Cosme de la Torriente, para desde la oposición y a través de la concertación civilista, lograr restituir las libertades democráticas que se destrozaron con el golpe de estado del 10 de Marzo de 1952. Pero Batista se mofó de los que intentaban evitar el derramamiento de sangre. El camino estaba pavimentado para los barbudos. Entonces participó en la lucha clandestina, a la vez que seguía en sus gestiones por los Derechos del Niño, la mujer y los mas débiles de la sociedad, participaba en congresos regionales, enseñaba, etc. Con el triunfo de los barbudos, la nombran ministra de Bienestar Social, ministerio de nueva creación, que duró muy poco dentro de la formulación del Poder. Pocos meses después, este mismo Poder la destituye, (su presencia no resultaba cómoda), pero ya tenia una visión de primera mano, “desde dentro”, de aquella incivilidad del Poder Infinito. Es una de las firmantes de la Ley de Reforma Agraria en La Plata, que sin embargo le parece otra formulación festinada y propia del populismo antidemocrático que amenazaba el futuro. Entonces comienza a conspirar, desde la oposición, hasta que logra salir de Cuba, abruptamente en 1961.

UNICEF

Su primer trabajo para ganarse la vida es la oficina del UNICEF en Bogotá. De ahí pasa a ocupar un alto puesto en las oficinas de esta entidad en New York, encargada de ser el Enlace con todas las ONG, primero en América Latina, y después en el mundo entero, para el desarrollo, la educación y la protección de los mas frágiles de la tierra: los niños. Hasta en los calendarios y postales para recoger fondos del UNICEF, está su mano. Los viajes de trabajo por Africa y América Latina, los Congresos, los trabajos de hormiguita laboriosa, la gestión de vocación entera de quien trabaja por amor. Durante estos años, Cuba era un dolor, oculto en el alma.

Los Presos

En la década del 70, se traslada a Washington, medio retirada de UNICEF, para acompañar a su hija que ahora es una alta funcionaria de estadísticas, con grados académicos de tres o cuatro universidades, (Londres, USA, La Habana). Y aquí comienza la otra parte de esta historia, a la edad en que otros se retiran. Comienza una titánica labor por llevar a la palestra pública el caso de la violación de derechos humanos en Cuba y la suerte de los presos políticos. Comienza la tarea de explicarle al mundo que las dictaduras, sean de derecha o de izquierda, son eso, dictaduras. Hasta su muerte.

La mayor parte de esta nota ha sido tomada de:
Elena Mederos. Una mujer con perfil para la historia,
Maria Luisa Guerrero, segunda edición, Madrid, 2000

3 comentarios:

Rosa dijo...

Vaya, otra parte de la historia escamoteada, que me llega como retazo de luz. Gracias Mayeya. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Muy bueno tu blog sobre Elena...
La conoci ya en el ocaso de su vida, alta, delgada, blanca en canas con su pelito agarrado atras sobre la nuca... Con sus archivos de violaciones de derechos humanos en Cuba bajo el brazo. Uno de sus ultimos, si no el ultimo viaje, fue a Amnesty International en Londres, a convencerlos -y lo logro !!! - de que las violaciones en Cuba eran tan reales y denunciables como las violaciones que cometia la derecha .... Asi fue como AI comenzo a condenar los atropellos en Cuba... gracias a Elena...

En fin, mi amiga, que tenemos de inspiracion el ejemplo de unas mujeres brillantes y tenaces....

Besos, I.

Yo soy Medea dijo...

Siempre me extranno que Cuba no tuviera mujeres altruistas y generosas, tal aprecia que era un "mal del capitalismo". Veo con dolor que muy al contrario las hubo y nunca las conocimos, ni fueron homenajeadas por los mdios. Cuantas Elena Mederos puede haber habido en estos ultimos 50 annos?, cuantas mujeres generosas de tiempo y alma pueden haber existido. Algun dia lo sabremos.